Antes de hacer un presupuesto para tu negocio, es importante que conozcas los gastos fijos y los gastos variables, pues son los que van a determinar cuánto necesitas para poner en marcha tus planes.
Para que una empresa salga a flote, no basta con enfocarse en la calidad de los productos o servicios, sino que se debe poner atención en los costos que conllevan. Solo así se podrá tener un escenario real sobre lo que se puede ganar y garantizar la supervivencia del negocio.
¿Quieres saber qué son los gastos fijos y variables y en qué se diferencian? Te explicamos eso y más. Después de leer esta entrada, sabrás identificarlos y podrás tener una mejor organización en tu empresa, así que continúa con nosotros.
Los gastos fijos son aquellos que no cambian y no puedes dejar de cubrir, pues son esenciales para el funcionamiento de tu empresa.
Estos gastos no cambian sin importar el nivel de producción de una compañía y, por lo general, son independientes de las actividades comerciales específicas de la empresa.
Los gastos variables, por otro lado, son los que dependen de cuánto produce y vende una empresa.
Estos costos aumentan conforme se incrementa la producción y disminuyen cuando hay una caída en la misma.
Saber identificar los gastos fijos y variables es clave para no tener problemas en el flujo de efectivo. Es muy importante revisar y estudiar los costos fijos y variables, en comparación con las ventas e ingresos para tener un mejor control y garantizar la supervivencia de nuestra compañía.
Solo de esta forma es posible detectar posibles problemas de liquidez en una empresa y encontrar soluciones rápidamente, para evitar que nuestro proyecto profesional colapse sin que podamos hacer algo al respecto.
Tener claros los costos totales (gastos fijos y variables) de tu empresa, te permitirá saber cuántos ingresos debes generar para cubrir esos costos y conocer tu margen de ganancia, para identificar si vas por buen camino y puedas establecer precios correctos.
Existen varios gastos fijos que se deben considerar dentro de una empresa para tener los presupuestos bajo control.
A continuación, te presentamos algunos de los más importantes para que los tengas en cuenta en tu negocio.
Algunos de los gastos que toda empresa tiene que cubrir son los relacionados con el Impuesto de Actividades Económicas, IVA, Impuesto de Sociedades, y todos aquellos que tengan que ver con las obligaciones fiscales de las compañías en México.
Muchos de ellos no son mensuales, pero tienes que considerarlos en la contabilización como si fuera así para que no tengas problemas ni olvides cubrirlos en tiempo y forma.
Las amortizaciones son todos los pagos de deudas que las empresas contraen por la compra de productos de gran valor; por ejemplo, equipo de trabajo o máquinas que son indispensables para la producción.
Tienes que considerar todos los pagos de compromisos financieros en tus gastos variables para llevar un buen balance.
Dentro de los gastos fijos, tienen que incluirse todos los pagos relacionados con el lugar en el que desarrollas tu actividad económica, como alquiler de oficinas o locales, gastos de agua, luz, internet, teléfono, gas, entre otros servicios.
Si el local es propio, solo tienes que considerar los servicios y, en caso de tener, la hipoteca, que en realidad, formaría parte de las amortizaciones.
El personal es tu mayor y más importante activo, por lo que es sumamente importante considerar tanto el salario de los colaboradores como el tuyo, ya que no tener un sueldo fijo propio podría haber descontrol y errores a la hora de analizar los beneficios reales de tu empresa.
Estos son pagos que no puedes dejar de cubrir, por más complicada que sea la situación de tu compañía, así que tienen que estar dentro de tus balances financieros cada quincena o cada mes.
Bajo este concepto, tienen que incluirse todos los servicios que son contratados para tu empresa, como es el caso de los servicios de limpieza, contabilidad, seguridad, gestoría, mantenimiento web, etcétera.
Son elementos igual de importantes para tu compañía, así que no los pases por alto. Muchos de ellos son clave para el buen funcionamiento de tu empresa, como es el caso del mantenimiento web y de maquinaria, por ejemplo.
Ahora pasemos a los gastos variables, que pueden ser bastante amplios, pero nos centraremos en aquellos que suelen estar presentes en gran parte de las empresas.
Las materias primas hacen referencia a todo lo que necesitas para producir el artículo o el servicio que proporciona tu empresa.
Se trata de todos los recursos naturales que son procesados para que las empresas puedan manufacturar productos aptos para el consumo, es decir, lo que se emplea para lograr bienes de consumo.
Este aplica solo para algunas empresas, pero cada vez los negocios se expanden más y tienen que cubrir gastos por transporte o envío de productos para hacer llegar al cliente final sus compras.
Aquí debes incluir todos los costos extra que implican los envíos de tus productos, pues todo afecta y modifica el precio final. Tu ganancia tiene que estar pensada con esto en mente.
La mayoría de negocios ya incluye diferentes métodos de pago como terminales para tarjetas de crédito y débito o pagos por medio de PayPal, en el caso de servicios o pagos online, los cuales implican una comisión.
Este sobreprecio no se debe cobrar aparte a los clientes, sino que ya debe estar incluido en el costo final de tus productos, en caso de que lo decidas así, o tienes que considerarlo dentro de tus gastos variables para que no haya “fugas” de dinero.
Si tu empresa realiza descuentos en función del volumen de compra, tienes que considerar este gasto variable dentro de tus finanzas.
Muchas empresas incentivan a sus clientes a consumir más ofreciendo un precio más bajo, según el volumen de compra, por lo que debes considerar lo que están “descontando” dentro de su balance financiero, para que no haya un descontrol del mismo.
Muchas personas que se desempeñan dentro del área de ventas, además de su sueldo base, reciben comisiones por cada venta que logran, lo que definitivamente tiene que estar contemplado en los gastos variables.
Ten este porcentaje siempre en mente para saber exactamente de cuánto es la ganancia final, restando las comisiones que se entregan a los trabajadores del departamento de ventas.
Cada año, las empresas tienen que analizar y decidir qué presupuesto destinarán a este fin, que es sumamente importante para el cumplimiento de los objetivos que se plantean cada determinado tiempo.
Estos gastos variables siempre dependen de la situación financiera de la empresa, lo que quieren conseguir y el medio a través del cual lo ejecuten.
Aquí puede haber una confusión porque si bien el presupuesto de publicidad y marketing no cambia sin importar los niveles de producción, sí puede variar en función de los resultados que se estén logrando.
Tener bien identificados y en control los gastos fijos y variables de una compañía es clave para la rentabilidad de la misma. Solo así podrás medir, ajustar y optimizar los ingresos y egresos de forma permanente y, sobre todo, estratégica.
Recuerda que la rentabilidad y el mantenimiento de tu empresa se logra con la gestión eficiente de los gastos, no con el crecimiento desmedido de las ventas, así que presta atención a ello y, si estás teniendo problemas de flujo de efectivo, ¡busca soluciones!
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