El crédito revolvente es una excelente opción para empresas y personas que requieren disponer de liquidez inmediata, pero se tiene que saber emplear para que realmente traiga beneficios y no dolores de cabeza.
Si quieres saber qué es, cómo funciona y de qué manera puede ser útil un crédito revolvente para tu empresa o para cualquier proyecto profesional que tengas, esta entrada despejará todas tus dudas al respecto.
Un crédito revolvente es aquel que te otorga un límite de crédito permanente, que es determinado por la entidad financiera que facilita la herramienta. Esto quiere decir que puedes disponer de él de forma repetida y que se renueva conforme pagas lo que usas.
Un ejemplo son las tarjetas de crédito, que tienen un límite que disminuye al usarlo, pero al pagarlo se reintegra para que los usuarios tengan la posibilidad de redisponer de él cuantas veces quieran. Otros ejemplos son las tarjetas departamentales y de autoservicio.
Cuando la entidad financiera otorga un crédito revolvente, se establece un límite de crédito fijo que se puede usar como se desee, en totalidad o parcialmente.
El límite de crédito es la cantidad máxima de dinero que la entidad pone a disposición del cliente y, por lo general, no tiene fecha de vencimiento, siempre que el cliente se mantenga pagando lo que dispone.
Con el paso del tiempo y el buen manejo, se puede aumentar el límite para hacer que los clientes gasten más, pero esto solo se logra una vez que la entidad tiene la confianza de que es un buen cliente, que paga en tiempo y forma y cuenta con capacidad de pago.
Los créditos revolventes, por su naturaleza, tienen una tasa de interés más alta que los préstamos tradicionales a plazos.
Veamos un ejemplo: supongamos que tienes $150,000 en crédito revolvente con fecha de corte el 15 y fecha de pago el 5 de cada mes. Entonces, decides disponer de $50,000, el día 13, dejando solo $100,000 en tu crédito.
De los $50,000 que dispusiste, pagas $25,000 el 5, y el resto se queda ocupado por estar a meses sin intereses, quedando en tu crédito revolvente $125,000 libres, mismos que puedes utilizar sin que hayas pagado los $25,000 restantes que dispusiste el día 13.
Así es como funciona un crédito revolvente. Por eso, suele ser una excelente herramienta financiera, pero se tiene que tener la capacidad de saber utilizarlos, pues puedes caer en morosidad y los intereses suelen ser altos.
Hay varias diferencias entre un crédito revolvente y un crédito tradicional. A continuación, enlistamos algunas de las más importantes para que lo tengas en cuenta.
La diferencia principal entre un crédito revolvente y uno tradicional es que este último no se renueva conforme se realizan los pagos.
Los créditos tradicionales son de un solo uso, es decir, se tiene que terminar de pagar en su totalidad para cerrar la cuenta y tener la posibilidad de volver a contratar otro.
El crédito revolvente, siempre que pagues en tiempo y forma, tiene la ventaja de no incluir intereses, pero si te atrasas, la tasa de interés es muy alta.
Es una buena opción para cubrir gastos cotidianos, como ropa, comida, pago de servicios y demás. Siempre todo con control y teniendo en mente lo que puedes o no permitirte.
En contraparte, los créditos tradicionales incluyen un porcentaje de interés que, en la mayoría de ocasiones, no cambia durante toda la vida del préstamo, por lo que pueden ser una gran alternativa para gastos más fuertes, como adquirir una casa o emprender un negocio.
En el caso de los créditos tradicionales, los pagos suelen ser fijos durante todo el tiempo que esté activo el préstamo; es decir, cada mes pagarás lo mismo hasta que finalice y se cierre la deuda.
En los créditos revolventes, funciona diferente, pues las cantidades a pagar no son fijas; siempre van a depender de la cantidad que gastes. Algunos meses, podrías no tener que pagar nada, dependiendo de las condiciones del crédito.
En función de tus objetivos y necesidades, tienes que elegir el que mejor se adapte a ti.
Los créditos revolventes tienen muchas ventajas, que son especialmente útiles para empresas, como la posibilidad de tener liquidez financiera para inyectar capital. Incluso, muchas de ellas dependen de este tipo de financiamiento para mantenerse en funcionamiento.
Entre los principales beneficios del crédito revolvente, destacan:
Existen dos tipos de crédito revolvente: los garantizados y los no garantizados. Vamos a explicar brevemente en qué consiste cada uno, aunque el nombre ya anticipa mucho.
Los créditos revolventes garantizados funcionan por medio de activos que quedan como respaldo. Por ejemplo, los créditos hipotecarios, que requieren que la propiedad quede como garantía.
Asimismo, aplica para algunas tarjetas de crédito, donde el usuario tiene que hacer un depósito en efectivo como garantía y, básicamente, el dinero que gasta es suyo hasta que la entidad bancaria comprueba que puede ser candidato a una tarjeta de crédito tradicional.
Las empresas pueden tener también su línea de crédito garantizada por medio de activos de propiedad de la compañía. En este caso, el crédito otorgado, por lo general, se limita a un porcentaje del activo en garantía.
En cuanto a los créditos revolventes no garantizados, no existe un activo que quede como respaldo para que las entidades financieras estén cubiertas en caso de impago.
Son los más comunes y, debido a su naturaleza y al riesgo que conlleva, siempre vienen con tasas de interés más altas.
Los ejemplos que destacan en cuanto a créditos revolventes son los siguientes:
El crédito revolvente puede convertirse en una gran herramienta para ti o para tu negocio, pero tienes que tener cuidado, pues contar con una línea que se renueva puede ser peligroso si no se tiene control sobre los gastos.
Te dejamos algunos consejos financieros para que los uses a tu favor y obtengas todos los beneficios que brindan.
Este consejo aplica para cualquier tipo de crédito, pero es más importante para los revolventes.
Siempre lleva un registro de lo que has gastado, para que sepas aproximadamente cuánto adeudas para el siguiente mes y no te caiga de sorpresa el estado de cuenta, provocando retrasos y, por tanto, tener que pagar intereses.
De esta forma, podrás tener un mejor control y sabrás en qué momento parar de gastar.
Lo ideal es que siempre pagues la deuda total del mes, pero en caso de que no puedas hacerlo, trata de pagar más del mínimo.
Así vas a poder reducir tu saldo de forma mucho más rápida y podrás tener tranquilidad financiera.
Ten tus créditos revolventes en la mira y trata de calendarizar todos tus pagos para que no caigas en morosidad. Esto no solo te ayudará a no pagar intereses, sino también a mejorar tu puntaje crediticio y, más adelante, a tener un crédito mayor.
Ahora que conoces qué es y cómo funciona un crédito revolvente, seguro que sabrás utilizarlo de forma inteligente y estratégica para que sume y no reste a nivel personal o empresarial.
Siempre ten en cuenta que es dinero que no te pertenece y que tienes que pagar en algún momento, por lo que lo mejor es nunca superar el límite de crédito otorgado, pues puedes caer en un círculo de endeudamiento que será complicado abandonar.
Sé consciente de cómo y cuándo utilizar este tipo de crédito y úsalo a tu favor para tener liquidez financiera en el momento en que la necesites.